Romeo Santos abrió su serie en Vélez: un Rey a destiempo

Dueño de una particular voz aguda, el estadounidense de origen dominicano fue el anfitrión de unas 25.000 personas. Fue un show gélido, con un sonido tumultuoso, en el que cantó un repertorio romántico ajeno a las actuales subjetividades sociales.

Espectáculos22/04/2023 Redacción

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El cantante y compositor Romeo Santos inició la noche del viernes una nueva y multitudinaria dupla de recitales en el estadio porteño de Vélez sin poder ratificar en directo su mote de “El Rey de la Bachata” y donde cantó un repertorio romántico ajeno a las actuales subjetividades sociales y que, sin embargo, un público abrumadoramente femenino celebró sin reclamos.

Dueño de una particular voz aguda que algunos especialistas denominan puberfonía (debido a una muda vocal incompleta) el estadounidense de origen dominicano fue el anfitrión de unas 25.000 personas para un show gélido, con un sonido tumultuoso y escaso en referencias musicales al rítmico y sensual género bailable originario de República Dominicana.

La bachata apenas tuvo un pasaje dedicado al promediar el concierto que combinó fragmentos de "El malo", "Todavía me amas", "Amor de madre", "Por un segundo", "Infieles" y "La boda".

Más bien instalado en el universo del entretenimiento latino que fusiona en un híbrido a la balada con otros ritmos regionales, la parte sonora del espectáculo estuvo lejos de lucirse y quedó en evidente desbalance con la imponente puesta en escena sostenida en un gran dispositivo lumínico, imágenes alusivas en el fondo del escenario y hasta llamaradas de fuego en algunos pasajes de la velada.

Y aunque Santos -quien antes de iniciar su camino solista fue líder del grupo Aventura, desde donde cimentó su fama- es antes que nada un fenómeno bailable, esta vez y debido a un sonido inconexo no pudo apoyarse en su probada banda y apenas trajinando el escenario no logró transmitir las señas pasionales de su repertorio pese a que la audiencia estuvo rendida a sus pies y estalló en alaridos a cada mínimo gesto.

La actuación se inició a las 21.50 con un tablado dominado por luces rojas y la poderosa voz de la corista española Giselle Moya para “Pañuelo”, canción que inauguró una nómina con más de una treintena de piezas.

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