Si fracasa el proceso de vacunación, Bolsonaro podría ir a juicio político

El titular de la Cámara de Diputados de Brasil, Rodrigo Maia, advirtió este martes que el presidente Jair Bolsonaro puede ser blanco de un juicio político en caso de que fracase el proceso de vacunación contra el coronavirus, ya que el país, con más de 203.000 fallecidos, es el segundo con más muertes en el mundo, solo superado por Estados Unidos.

"El principal error del gobierno del presidente Bolsonaro es la cuestión de la vacuna. Por este tema, si no se organiza rápido, puede ser que sufra un proceso de destitución muy duro. Porque el proceso de juicio político es el resultado de la organización de la sociedad", advirtió Maia al sitio de noticias Metropoles.

Maia citó como ejemplos la movilización popular que impulsó dos juicios políticos de la etapa democrática brasileña: el abierto en 1992 contra Fernando Collor de Mello y en 2016 contra Dilma Rousseff.

 Maia, del derechista Demócratas, se convirtió en un opositor a parte de la agenda de Bolsonaro y se enfrenta al presidente en la elección al jefe de la Cámara baja del próximo 1 de febrero.

En el escritorio de Maia hay 55 pedidos de impeachment contra Bolsonaro por diversos delitos. Sin embargo, Maia dijo que por el momento no existe una presión de la sociedad y de la clase política "que traspase a dentro del Parlamento" para enjuiciar a Bolsonaro y que ello puede ocurrir en caso de que se siga postergando la vacunación, aún sin fecha definida.

Maia agregó que esa evaluación será responsabilidad del próximo presidente de la Cámara de Diputados, una elección que alimenta la tensión política en Brasil.

En las últimas semanas, Maia logró agrupar a la oposición de izquierda y derecha en un frente en torno al diputado Baleia Rossi, del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), que supo ser delfín del expresidente Michel Temer, contra el aspirante de Bolsonaro, Arthur Lira, del conservador Partido Progresista, del bloque llamado "Centrao".

Este bloque de partidos de centroderecha es la garantía de Bolsonaro para impedir la aprobación de un juicio político, para el cual se necesitan dos tercios de los votos en la Cámara de Diputados.

El jefe de Diputados en Brasil es segundo en la sucesión presidencial detrás del vicepresidente.