Precios Impagables. el precio del tomate y el morrón saltó y el kilo ya se vende hasta los $8.000

Por un fenómeno climático, los consumidores están pagando el kilo a valores altos para la demanda. Los vendedores afirman que pierden rentabilidad.

Actualidad - Crónicas Urbanas29/05/2024 Redacción

La ola polar  que avanza sobre Argentina está complicando el cultivo de productos esenciales para la canasta familiar, como el tomate y los morrones. Este fenómeno climático ha provocado un aumento en los precios que ronda el 200%, afectando considerablemente el presupuesto de los consumidores. Así, el kilo ya alcanzó entre el $5.000 y los $8.000 de ambos alimentos.

tomates

Esta suba inicialmente fue atribuida a factores estacionales, aunque los verduleros advierten que, una vez que los precios se disparan, suelen bajar cuando mejora el escenario, pero no regresan a los niveles anteriores, generando una presión constante sobre la inflación.

Para mitigar la escasez, los distribuidores han comenzado a importar tomate de Chile y Ecuador, a un precio casi 50% más caro. En el Mercado Central, señalan que el bache en la oferta que usualmente se da en esta época del año se ha prolongado más de lo esperado, lo que explica el aumento de precios.

El precio mayorista del tomate redondo grande se sitúa entre 52.000 y 55.000 pesos por cajón de 18 kilos, aunque la calidad no es la mejor. La cadena de distribución espera la entrada de mercadería desde Salta y Corrientes, retrasada por las heladas.

 Del campo a la góndola: la diferencia de precio en el tomate y el morrón

Según el Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) elaborado por el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en abril los precios de los agroalimentos se multiplicaron por 3,5 veces del campo (origen) a la góndola (destino). Es decir, el consumidor pagó $3,5 por cada $1 que recibió el productor.

Ya en abril, el tomate redondo y el pimiento presentaron una brecha de 2,1 veces. Sus precios se incrementaron tanto al productor (177,4% y 82,3%, respectivamente) como al consumidor (37,6% y 33,9%, respectivamente).

Según CAME, el productor primario no es formador de precios. "Si bien algunos productos con alta incidencia en la canasta (como, por ejemplo, la cebolla y el tomate) presentaron un reacomodamiento en los precios al productor, estos valores no llegaron a compensar la inflación acumulada, por lo que el primer eslabón (origen-productor) sigue resignando rentabilidad frente al resto de los actores de la cadena de valor. Es decir, la estructura de formación de precios en Argentina nace en la góndola y se va disgregando hacia atrás, hasta llegar al productor, cuando debería ser al revés".

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