Cadáveres en las calles por el colapso del sistema funerario de Bolivia

En Cochabamba, ante la falta de respuesta de los servicios para la inhumación del cuerpo, una familia cortó la calle con el ataúd de un pariente fallecido, a modo de protesta.

Mundo05/07/2020 Redacción
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Mientras los contagios y muertes por el coronavirus siguen en ascenso en Bolivia, el colapso de los sistemas sanitario y funerario sigue exhibiendo situaciones dramáticas, como la decisión de una familia de cortar con el ataúd de un familiar una calle de Cochabamba, ante la falta de respuesta de los servicios para la inhumación del cuerpo.

Durante seis días los familiares de Roli Pinto Centeno, fallecido en su domicilio el domingo 28 de junio con síntomas de coronavirus aguardaron a que los servicios funerarios dieran respuesta a sus pedidos para retirar el cuerpo. Este sábado los familiares y otros vecinos de la avenida Simón López y Beijing, en Cochababmba, decidieron bloquear la calle con el féretro de esta persona.

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Mientras, otras personas se encontraban alrededor del ataúd que estaba cubierto con plástico negro y ubicado sobre una carretilla de donde colgaba un letrero con la frase: “Q.E.P.D, siete días muerto por Covid”. Horas después, a las 11:00, una funeraria y autoridades recogieron el féretro.

Según Juan Carlos Orellana, presidente de la Asociación de Funerarias de Cochabamba, hay en estos momentos entre 20 y 30 cadáveres de víctimas de coronavirus, confirmadas o sospechosas, que permanecen en sus domicilios porque no encuentran un espacio en el horno crematorio y en el Cementerio General.

Además, varias familias se ven obligadas a mantener los cuerpos en sus casas porque deben esperar la verificación de los funcionarios de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) y el Servicio Departamental de Salud (Sedes), quienes se encargan de emitir el certificado de defunción. Este documento es requerido por las funerarias para levantar un cuerpo, precisó Orellana al diario boliviano.

El titular de la asociación de funerarios agregó que en más de un caso las familias se ven obligadas a trasladar los cuerpos de sus muertos de las clínicas a sus casas, porque varios establecimientos privados de salud no tienen depósitos y dan entre seis y 12 horas para retirar los cadáveres. Además del riesgo sanitario que implica tener en un domicilio un cuerpo en descomposición, las familias que enfrentan este problema son atacadas por sus vecinos, que exigen retirar los cuerpos por temor a la propagación del coronavirus.

Tras el corte de protesta con el féretro de Roli Pinto Centeno una funeraria llegó al lugar y trasladó el féretro a un ambiente alejado de la ciudad. Ante esta situación y para no ser rebasadas, la alcaldía de Cochabamba informó que en el Cementerio General de esa ciudad se habilitan tres tipos de inhumación: en nicho, en fosa y por cremación de forma coordinada con el Sedes y el Ministerio de Salud.

El último fin de semana de junio, el cementerio de Cochabamba no operó por protestas del personal y las funerarias no tenían un sitio donde dejar los cuerpos. El administrador de una de las empresas fúnebres -que prefirió guardar su nombre en reserva- contó que no podían embalsamar los cadáveres, así que optaron por dejarlos en las casas previa descontaminación y aislamiento. “Lo que está haciendo nuestra empresa es brindar el aislamiento para que el cuerpo se quede en el domicilio hasta que sea derivado al cementerio. Dejamos los cadáveres en bolsas plásticas mortuorias que son impermeables y no permiten que se salgan líquidos ni olores”, contó.

Situaciones similares amagan con replicarse en La Paz y El Alto, donde las condiciones no son muy diferentes a las de Cochabamba. Bolivia, según el recuento que realiza la universidad estadounidense Johns Hopkins, acumula hasta el momento 38.071 casos confirmados de coronavirus y 1.378 muertes.

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